Los últimos escándalos que salpican a Uber, con denuncias de acoso sexual y laboral y acusaciones por robo de información, tienen como trasfondo una guerra frÃa contra el director ejecutivo, Travis Kalanick, a quien los inversores y el mercado presionan para que avance con la salida a la bolsa de la compañÃa.
El último episodio que salpicó a Uber fue la aparición de un video en el que se ve al propio Kalanick maltratando a un conductor la compañÃa que le recrimina está bajando los precios. "Estoy en la quiebra por su culpa", le dice el chofer. La respuesta del CEO fue durÃsima: "¿Sabes qué? A algunas personas no les gusta asumir sus propias responsabilidades. Culpan de todo lo que les ocurre en la vida a los demás. Buena suerte". Un portazo y se bajó del auto.
Este hecho fue el último de una serie de escándalos y acaso el que más expuesto dejó a Kalanick, quien tuvo que salir a disculparse y admitió que debe madurar, además de hacer una confesión inesperada: "Esta es la primera vez que estoy dispuesto a admitir que necesito ayuda en el liderazgo y tengo intención de obtenerla".
Fuentes de la compañÃa consultadas por LPO sembraron dudas sobre el trasfondo de ese video y dejaron trascender que estuvo armado para generarle un problema a Kalanick, que según esta versión pisó el palito ante la crÃtica del conductor. Creen que detrás de esto está la tensión interna con los inversores para que Uber finalmente salga a la bolsa, lo que les reportarÃa millonarias ganancias, algo que todavÃa no obtuvieron.
Es que según los cálculos de medios especializados, como la revista Fortune, Uber tiene un valor de 70 mil millones de dólares, por lo que muchos inversores presionan a Kalanick para que apure la oferta pública inicial (IPO, por sus siglas en inglés), algo que acaba de hacer Snapchat, que recaudó 3.400 millones de dólares.
Quienes impulsan la salida a Wall Street, agitan la calificación de Fortune, que sostiene que Uber es, por lejos, la empresa privada más valiosa del mundo. En contraposición, quienes se oponen dicen que la compañÃa tiene que todavÃa resolver cuestiones regulatorias que le complican el negocio, algo que acaba de suceder en Taiwán, donde después de un éxito inicial tuvo que retirarse.
Esto genera dudas en el mercado sobre la solidez de la firma, ya que en cada paÃs que busca ingresar tiene serios problemas. Le sucedió en China, donde su competidor Di Di ejerció una fenomenal presión y terminó sacándola del mercado, mediante una "fusión". Sin ir más lejos, aquà en Argentina continúa con la pelea judicial, aunque la extensión de la posibilidad del pago en efectivo disparó la cantidad de usuarios en las últimas semanas, según explicaron a LPO.
Una serie de escándalos
Como contó este medio, Kalanick ya habÃa quedado en el ojo de la tormenta con su decisión de integrar el consejo asesor de Donald Trump, junto a otros grandes CEO. El directivo de Uber tuvo que renunciar ante la fuerte presión de los propios empleados de la compañÃa -muchos de ellos inmigrantes- y por una fuerte campaña de los usuarios para darse de baja y pasarse a la competencia de Lyft.
Tras eso y antes de la aparición del video, hubo otros hechos que perjudicaron a Uber. El más notorio fue la denuncia de una ex empleada por el acoso laboral de su ex jefe y la falta de acción de la empresa. Susan Fowler escribió un explosivo post en su blog en el que contó la situación y reveló que el departamento de Recursos Humanos le dijo que no podÃa castigarlo porque la primera denuncia en su contra.
Ese post derivó en una ola de denuncias de otros empleados por diferentes agresiones de sus superiores, lo que alimentó versiones sobre prácticas habituales de la compañÃa. Kalanick otra vez tuvo que salir a dar explicaciones y prometió investigaciones internas a cargo de la cofundadora del Hufftington Post, Arianna Huffington, y el exfiscal general del gobierno de Obama, Eric H. Holder.
Esas denuncias coincidieron con el despido del vicepresidente senior de ingenierÃa de Uber, Amit Singhal, luego de que trascendiera que habÃa renunciado a su anterior empleo en Google por una denuncia de acoso sexual, que no fue descubierta durante el proceso de contratación.
El último de esta serie de episodios incómodos para Uber fue una demanda de Alphabet, el conglomerado de empresas cuya principal subsidiaria es Google, por supuesto robo de información confidencial vinculada con la tecnologÃa de vehÃculos autónomos. La información habrÃa sido robada por un ex empleado que luego fundó una firma, comprada más tarde por Uber.
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