El histórico dirigente socialista Rubén Giustiniani se enteró que su espacio "Igualdad y Participación" ya no formaba parte del interbloque del Frente Progresista por sus posiciones críticas en la mayoría de los temas tratados en la Legislatura de Santa Fe.

De esta manera, las autoridades del bloque socialista decidieron poner fin a una larga historia de diferencias e internas partidarias que se hicieron evidentes en el 2010 cuando Hermes Binner decidió que el candidato para sucederlo en la gobernación de Santa Fe sería Antonio Bonfatti.

A partir de allí, la tensión de Giustiniani con Binner y Bonfatti fue creciendo al punto tal que el ex senador nacional comenzó a juntar adhesiones para presentar en Rosario un nuevo partido municipal que llevará el mismo nombre que su bloque "Igualdad y Participación", como adelantó este portal.

"No nos sorprende, era algo esperado", reconoció en diálogo con LPO Miguel Zamarini, ex presidente del Concejo Municipal y principal referente del espacio de Giustiniani en Rosario.

"Nosotros nos manifestamos en contra de los tarifazos, en contra del endeudamiento en dólares que hizo la provincia y en contra del desplazamiento de Gabriel Ganón" del Ministerio Público de la Defensa, explicó Zamarini.

A su vez, Zamarini criticó que los diputados del socialismo -Hermes Binner y Alicia Ciciliani- "votaron el presupuesto de Macri, el blanqueo de capitales y las políticas hechas a medidas de quienes licuan dinero".

Según el ex concejal, "esto no tiene vuelta atrás" y ratificó que en Rosario "seguimos trabajando en un partido local para participar en las elecciones formando nuevas alianzas y construyendo nuevos espacios".

De hecho, en el partido de la rosa subrayan la buena sintonía que mostró Giustiniani con el Frente Social y Popular que conduce Carlos del Frade. "Si observas los proyectos presentados, acompañaron más iniciativas de Del Frade que nuestras", se quejó un socialista histórico.

En el espacio que lidera Giustiniani rechazaron las críticas y afirmaron que dentro del Frente Progresista no hay lugar para la discusión: "no aceptan el debate interno y nosotros no somos levantamanos". A la vez que sostuvieron que "el Frente ya no existe y hoy ya existen negociaciones con sectores del peronismo como el senador Traferri", en palabras de Zamarini.

Por su parte, Giustiniani fue más allá e interpretó que en el fondo lo que buscan las autoridades socialistas es echarlo del partido. "Nosotros consideramos que esto es una expulsión no sólo del interbloque sino que me considero expulsado del partido", sostuvo en declaraciones a medios locales.

Desde el bloque socialista salieron a cruzar a Giustiniani. "No se lo echó del partido, nada de eso, sino que se decidió separarlo del interbloque del Frente Progresista", explicó a LPO el diputado Eduardo Di Pollina, presidente del interbloque.

"Rubén y Silvia -Augsburger- siempre votaron en contra de todas nuestras iniciativas. No decían nada en las reuniones de bloque pero en el recinto nos daban con todo", consideró Di Pollina, quien insistió en que no se los expulsó del partido.

"Ellos formaron su propio bloque, con su nombre. Jamás los obligamos a que integren el Bloque Socialista, respetamos todas las decisiones que tomaron pero se hace insostenible que sigan participando de las reuniones de interbloque oficialista cuando son oposición", agregó.

Los socialistas más memoriosos también le achacan a Rubén Giustiniani que fue el único dirigente que no acompañó a Antonio Bonfatti cuando sufrió el atentado en su casa en octubre del 2013: "Pecho -como se lo conoce en el partido- estaba en Bariloche y ni apareció en ese hecho que fue uno de los más graves en tiempos de la democracia".

También le facturan que en las últimas elecciones haya compartido el espacio con el radical Mario Barletta, hoy una de las figuras más identificadas con Cambiemos. "No nos puede decir que no somos respetuosos de sus posiciones porque nadie le dijo nada cuando en el 2015 decidió estar con Barletta en vez de apoyar a los candidatos del socialismo", chicanearon.