Después de lo que hizo Randazzo en el 2015, necesita el alta médica, el alta psiquiátrica, para tenerle alguna confianza.

Chino Navarro, diste en la tecla. Decís lo que muchos dirigentes peronistas no se atreven a decir. Cristina hoy representa un problema para la unidad del peronismo. Está primera en las encuestas porque el efecto comparativo, con el que ganó Macri, ahora le juega en contra a este último. Pero en realidad lo que recuerda con nostalgia la gente es el gobierno de Néstor y Cristina, no a Cristina misma. Votarla a ella, si se presenta, es votar a un cadáver, porque definitivamente Cristina no tiene futuro, ni en el 2019 ni menos después. Aun así, muchos se inclinarán a votarla porque es un castigo a Macri.
Lo que tiene que hacer Cristina, buenamente, es un renunciamiento histórico y explícito a cualquier candidatura, dejando la vía libre para Randazzo o cualquier otro. El peronismo ganará de cualquier manera. Cristina debe renunciar y apoyar, desde lejos, lo que salga. Incluso basta con su silencio. Nosotros estaremos dispuestos a reconocerle los servicios prestados. Pero no puede volver. Es un tapón, funcional a Macri y su gobierno de "Robemos". Puede dejar, si quiere, a Máximo. Que él represente a su sector. Pero tiene que alejarse. De otro modo, la asimilaremos a Macri.
Si Cristina dice que no se presenta, se le cae toda la estantería a "Robemos". Ya no tendrá dónde agarrarse, salvo decir las estupideces de siempre: "Randazzo es Cristina" o "Massa fue funcionario de Cristina", todo a través de su ejército de trolls analfabetos.
Creo que la bien inspirada mano del Papa podría hacer que Cristina acabe con las esperanzas de su candidatura. Creo también que su renuncia hará crecer políticamente a su hijo, que no es ningún gil (como intentan hacerlo aparecer los medios que lo demonizan) y que puede liderar un sector minoritario, pero que siempre existió, dentro del peronismo.
Ahora está ocurriendo algo parecido a lo que sucedió tras la derrota de Luder, cuando muchos todavía buscaban refugio bajo las polleras de Isabel, hasta que dejaron de ser viudos de la viuda y tomaron un nuevo rumbo.
Cristina no tiene que engañarse y creer que la gente quiere su regreso, sino la vuelta a un sistema donde, a pesar de todos los problemas, se podía siquiera trabajar y seguir hacia adelante, en comparación con la perversidad de los tiempos actuales.
En cuanto a Massa, nunca podrá juntar a las patrullas perdidas del peronismo si insiste en juntarse con esa buena para nada de Stolbizer. Ella se lo impedirá. Entre Randazzo y Massa, la gente preferirá a Randazzo, salvo que Massa se ponga los pantalones y demuestre ser un verdadero opositor y no sólo otra versión de Chacho Álvarez.