El titular del Suteba, Roberto Baradel, abandonó una entrevista televisiva, furioso porque el periodista Nicolás Wiñazki puso en duda que sea docente.
"¿Usted estuvo alguna vez al frente de un aula?", le preguntó el conductor del noticiero de TN, ante lo que el dirigente primero respondió serio y después se fue enojando. "Soy preceptor, soy docente. No sé por qué lo ponen en duda. Yo no miento, nunca mentà en mi vida. Es una pregunta que ya fue contestada hace mucho tiempo, pero siguen insistiendo", le dijo.
Wiñazki insistió y le dijo que no hay registros de aportes del dirigente de Suteba, que precisó que trabajó en la Escuela 22 de Villa Urbana y en una escuela nocturna de Lanús. "Es una pregunta que intenta deslegitimar al interlocutor", se quejó Baradel.
La chicana sobre si Baradel es docente o no es repetida en cada conflicto docente. Como ahora la utiliza el macrismo, que apunta a un cruce directo con el lÃder del Suteba para dejar en un segundo plano la discusión real por los salarios docentes, también la usó tiempo atrás el sciolismo, que lo llamaba despectivamente "el preceptor".
"Es una falta de respeto. Vaya y pregunte en el instituto de Formación Docente de Brandsen, pregunte si soy docente o no y si tengo tÃtulo de abogado", insistió el dirigente. "No estoy dispuesto a soportar la deslegitimación y la descalificación", agregó Baradel, ya sacándose el micrófono para irse.
Furioso, Baradel le recriminó a Wiñaski que no hablara de las amenazas que viene sufriendo junto a su familia. "Ojalá nunca tuvieras que pasar la situación que estoy pasando yo con mi familia, una nena de tres años", le dijo. El periodista le contestó: "Vivà nueve meses con custodio y mi hija se crió dentro de un blindado". "Entonces no te acordás de nada de lo que te pasó", retrucó el dirigente.
Algo nerviosa, la conductora Luciana Geuna intentó calmar la situación, pero Baradel -ya de pie- señaló a Wiñaski con el dedo y le volvió a pedir que llame al instituto de formación. "Si me hubiera enterado que a usted lo amenazaron, jamás se me hubiera ocurrido sacar otra cuestión para poner arriba de ese tema. Te agradezco. Hasta luego", le dijo. Y se fue.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Wiñazki es parte de ese grupo de arrastrados que integran Lanata, Leucowiz, Majul, Morales Solá y otros de su calaña, que si alguna vez fueron periodistas hoy, seguro, ya no lo son.
Fíjense lo que pasa con "Clarín" y "La Nación". Ya ni siquiera sirven para dar notas de servicio, porque si se corta la luz o hay una inundación con Macri, no te enterás. O, de última, si graniza o te cortan la calle, la culpa la tiene Cristina, Aníbal u otro personero del anterior gobierno. Viéndolo bien, es bizarro.
Yo a veces veo unos segundos "TN" para enterarme de la temperatura. Pero uno de estos días me van a decir que hace calor "por la herencia recibida". Han destrozado hasta el periodismo más elemental.
Fundamentalmente, el verdadero periodismo hace preguntas, no afirmaciones disfrazadas de preguntas. No se exige al periodista nada más simple (y a la vez difícil) que saber preguntar. Opinar, bajar línea, es una función polìtica y accesoria al periodismo. Opinar opina cualquiera, porque la opinión no es ciencia. Fue Jacobo Timmerman el que introdujo esa estúpida manía de mezclar opinión en meras notas descriptivas. Y cuando vemos la historia de ciertos personajes, nos damos cuenta de que parece que nacieron para opinar. Tal es el caso de Morales Solá, comentarista los domingos en "Clarín" a lo largo de toda la dictadura. Nunca supe de ese tipo que haya empezado su profesión cubriendo un incendio, como era norma. Nació jefe y opinador, vocero de los peores intereses.
Por eso, muy bien Baradel.