Alfredo Cornejo comenzó una guerra silenciosa con su vice Laura Montero por la reforma constitucional de Mendoza, una vieja deuda de la provincia que la dupla radical estaba dispuesta a saldar.
Pero Montero, cercana a Julio Cobos, dejó claro que no quiere incluir la reelección en el debate, un freno a los deseos de su jefe directo.
"El Gobernador no hizo explÃcito en ningún momento que quiere ser reelecto. Tenemos que entender y tener la claridad de que la reelección no debe limitar la reforma constitucional que necesita Mendoza. Hay que autolimitarse", le marcó la cancha Montero.
"Autolimitarse" significa que en caso de incluir la reelección como parte de la reforma constitucional la actual dupla gobernante no sea beneficiada.
La razón no serÃa otra que abrirle la puerta a Cobos para volver a pelear por la gobernación en 2019. Su perfil crÃtico del Gobierno parece abrirle camino a un enfrentamiento directo con Cornejo, respaldado por Ernesto Sanz.
Fuentes de la UCR mendocina recordaron a LPO que Montero es una de los impulsores de una reforma de la Constitución mendocina, que no se toca desde 1916.
Quiere incorporarle nuevos derechos y hasta mecanismos para racionalizar el uso del agua, que es escasa en Mendoza y requiere de un ahorro permanente.
Pero el acuerdo polÃtico para cambiar la Constitución no es fácil. Debe apoyarlo dos terceras partes del Parlamento provincial y la mitad más uno del padrón en las elecciones legislativas.
Si se considera que rara vez vota más del 80% del padrón, resulta necesario el respaldo de la mayorÃa del electorado.
Como en aquel acuerdo de Menem y AlfonsÃn en los 90, el sistema termina empoderando a partidos chicos que hacen valer sus votos para adosar a sus boletas la consigna reforma sÃ, o reforma no. Demasiado esfuerzo, si el gobernador y el vice aún no se ponen de acuerdo.
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