Los diputados de Cambiemos se negaron a aprobar un repudio a las amenazas por correo electrónico denunciadas por Roberto Baradel, el jefe del Sindicato de Trabajadores docentes de la provincia (Suteba).
Lo más llamativo es que el pedido para apartarse del reglamento y votar el repudio no llegó desde el FpV-PJ sino que lo hizo el puntano Luis Luisquiños, un histórico operador de los RodrÃguez Saá.
"No podemos permitir que el sistema democrático esté permanente balaceado por los sistemas de inteligencia. Queremos libertad", exigió.
La votación debÃa arrojar dos tercios para sumar el repudio al temario, pero no ocurrió porque los diputados de Cambiemos lo impidieron.
Recién un rato más tarde la diputada kirchnerista Luana Volnovich, de La Cámpora, que pidió una cuestión de privilegio contra los diputados por no defender a Baradel.
"No puede ser que ni siquiera acompañar un repudio diciendo que es una amenaza. Es una barbaridad", se indignó.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Y lo peor de todo es que los llamados Radicales renunciaron a su historia y la enterraron bajo el estiércol del PRO, Illia y Alfonsin se revuelcan en sus tumbas.
A fines del siglo XIX, otro prohombre americano, Leandro Nicéforo Alem fundador de la Unión Cívica Radical, definía el accionar del movimiento que nacía diciendo: NUESTRA LUCHA ES POR LA CAUSA DE LOS DESPOSEÍDOS.
Pobre de nosotros.