La titular de la Oficina Anticorrupción (OA), Laura Alonso, pidió hoy una "paciencia razonable" para que ese organismo investigue el acuerdo entre el Gobierno y el Correo Argentino, y aseguró que "no" pone "las manos en el fuego por nadie".
"Hasta tanto no veamos los papeles me parece irresponsable tener una opinión prima facie, porque no es nuestra tarea. Como órgano de control, a la Oficina lo que le corresponde es estudiar el caso, analizarlo en profundidad, de acuerdo a los estándares de la Ley de Ética Pública", planteó la funcionaria.
En diálogo con radio La Red, Alonso señaló que abordar el tema "lleva tiempo. No va a ser eterno, pero por supuesto va a tener un tiempo de desarrollo y evolución razonable". "Que nos tengan la paciencia razonable, no eterna, para hacer el estudio que corresponde", pidió Alonso.
Consultada sobre si ponÃa las manos en el fuego por el presidente Mauricio Macri, la titular de la OA respondió: "Pongo los manos en el fuego por mÃ, no puedo poner las manos en el fuego por ningún otro funcionario, sobre todo porque estoy en la Oficina Anticorrupción, que muchas veces le toca investigar a funcionarios".
"Más allá de las personas, los que importan son los hechos, que son los que vamos a analizar", añadió. La funcionaria sugirió que Oscar Aguad, ministro de Comunicaciones, debió haber consultado antes de cerrar el acuerdo que levantó una fuerte polémica.
Ayer, el jefe del bloque de diputados del PRO, Nicolás Massot, admitió que en el caso de la propuesta de pago del Correo Argentino al Estado, que debe convalidar la Sala B de la Cámara Comercial el Gobierno deberÃa "haber tomado más recaudos o haber anticipado que algo de esto iba a tomar un tinte polÃtico".
Desde la oposición, el diputado massista Alejandro Grandinetti adelantó que su bloque "está trabajando en la presentación de un pedido de informes para exigirle al Ejecutivo Nacional que se detallen todos los pormenores del arreglo" con el Correo.
El acuerdo cuestionado permite al Estado cobrar una deuda de casi 300 millones de pesos, pero según la fiscal general Andrea BoquÃn, la deuda al dÃa de hoy equivale en realidad a más de 4.000 millones.
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Si Macri fuera un tipo decente, en junio, cuando se cocinó esto, hubiera hecho público el conflicto de intereses y hubiera requerido la opinión de la oposición. Pero como obra con total impunidad y está blindado por los grandes medios, pensó que nadie se iba a enterar. A la gente le importa una mierda la ley de quiebras y que este asunto viene pendiente desde la Alianza y el kirchnerismo (que no aceptó las extravagantes condiciones que imponía el grupo Macri). Lo que todos retenemos es que se trata de un doble perjuicio al Estado, porque además de bajarle la deuda de un modo escandaloso a estos maleantes, le permiten incluso hacer juicio para obtener más. ¿Cómo se llama esto? ¡Corrupción!