Antes del primer mes de Donald Trump en la Casa Blanca ya tuvo lugar conflicto de interés. La asesora presidencial Kellyane Conway pidio a las tiendas departamentales que compren la línea de ropa que fabrica Ivanka Trump. Automáticamente demócratas, universidades y el ex funcionarios del gobierno anterior dijeron que Conway había quebrado la ley.

Las icompatibilidades serán un issue permanente a lo largo del mandato de Donald Trump por la cantidad de negocios e intereses que ostentan él y su familia.

El problema es de peso porque como la primera dama Melania Trump se muestra distante, Ivanka es la figura de mayor peso en la agenda social de la Casa Blanca, que viene a ser el lobby y el cabildeo "soft" del entorno presidencial.

Desde la semana que viene Ivanka será secundada por Dina Powell, una ex ejecutiva de Goldman Sachs que estaba a cargo de la responsabilidad social de la entidad. Powell manejará las relaciones de Ivanka en Washington e introducirá a la aristócrata neoyorquina en el establishment de Washington DC.

Powell tendrá un cargo en la Casa Blanca en lo que implica un nuevo avance del banco en el mundo primario del presidente. 

El ex presidente de la entidad Gary Cohn es el jefe de asesores económicos de Trump, Steve Bannon trabajó en Goldman, igual que Steve Mnuchin, propuesto para secretario del Tesoro. Finalmente el banco tiene trato constante con Jared Kushner, yerno presidencial, a quien conocen de su actividad como constructor.