El juez de la Suprema Corte, Daniel Soria, dejará su asiento en el órgano máximo de la Justicia bonaerense el mes próximo. Esa salida deja a María Eugenia Vidal la posibilidad de ceder uno de los cargos más importantes a la oposición, en una negociación de la que todo el arco político querrá participar.

La salida del magistrado -pedirá su jubilación- era seguida de cerca por los operadores judiciales de Vidal aunque no había una fecha estipulada. Pero en las últimas horas trascendió que se concretará en marzo.

El escenario deja a Vidal con otra preciada vacante para renovar la Suprema Corte. En octubre dejó el cuerpo el juez Juan Carlos Hitters, luego de 22 años en el máximo tribunal.

El gobierno tiene ahora la posibilidad de ubicar dos de los siete jueces de la Corte. Sin embargo, en el gobierno de Vidal hay cautela y todavía no definieron quién será el reemplazo de Hitters. Según explican fuentes del Ejecutivo, la Gobernadora esperaba definiciones de Soria para pensar en una estrategia de nombres.

Una vez definida esa estrategia y encontrados los candidatos, el Ejecutivo deberá enviar al Senado los pliegos que deberán aprobarse por dos tercios de los votos.

Vidal ahora tiene la posibilidad de incidir en la conformación de dos tribunales claves: La Corte Suprema bonaerense y la Cámara de Casación Penal de la provincia, donde se han producido cuatro vacantes.

De perfil bajo, no es común verlo en apariciones en medios de comunicación, Soria llegó a la Justicia de la mano del poder político. Fue funcionario de Julio Alak, durante los años en que el ex ministro de Justicia de Cristina Kirchner era intendente de La Plata. Ocupó la Secretaría de Gestión Pública.

Su cercanía al ex ministro continúa. Al punto que en 2009 tuvo algunos roces con Pablo Bruera cuando suspendió el Código de Ordenamiento Urbano (COU) redactado por la gestión Bruera. En ese momento, al magistrado le recordaron su pasado alakista y fue tal el escándalo que la Corte se vio obligada a emitir un comunicado en defensa del ministro.

María Eugenia Vidal junto a los ministros de la Corte y funcionarios del gobierno.

En 2011 aparecería en otro escándalo cuando la policía detuvo a Gustavo Sacco, acusado de vender licencias de conducir falsas en La Plata. La polémica salpicó a Soria toda vez que el detenido era chofer de uno de los hombres de estricta confianza de magistrado.

En poco más de un año de gestión, Vidal logró la salida de la jefa de los Fiscales, María del Carmen Falbo, y en su lugar logró ubicar a Julio Conte Grand. Ahora, la renovación de dos de los jueces de la Suprema Corte serán otro paso en la renovación de la máxima cúpula de la Justicia.

LPO adelantó hoy la renuncia del juez de Casación Penal, Ricardo Borinsky, uno de los magistrados que firmó el fallo que dejó en libertad a ocho comisarios investigados por coimas. Vidal enfureció al ser informada de ese fallo y había pedido el jury.

Pero además, Vidal tiene otras cuatro vacantes en ese Tribunal. Se trata de Federico Domínguez (quien falleció pocos días), Horacio Piombo, Benjamín Sal LLargués y Carlos Mahiques.

Una vez que esas ternas estén conformadas, serán remitidas a Ejecutivo, para que la Gobernadora escoja un postulante de cada una, que a su vez deberá ser refrendado por el Senado.