El presidente del Tribunal de Casación Penal bonaerense, Federico DomÃnguez, falleció el lunes por la noche por causas naturales en un sanatorio porteño.
Su partida deja una vacante en uno de los tribunales más importantes de la provincia de Buenos Aires (es la última instancia antes de la Suprema Corte). DomÃnguez presidÃa Casación desde el momento de su creación, en diciembre de 1996, a partir de la reforma del Código de Procesal Penal.
La última reforma sobre el Tribunal de Casación estableció una estructura de 12 salas integradas por dos miembros cada una y una presidencia. Este último lugar deberá ser ocupado por algunos de los jueces de las salas, en una suerte de presidencia subrogante.
El magistrado habÃa quedado en el centro de la polémica en abril del año pasado luego que la Cámara Federal porteña ratificó su procesamiento al ser acusado de haber presionado, cuando era abogado particular, a testigos en la investigación por la voladura de la mutual judÃa AMIA en 1994.
Según habÃa determinado en primera instancia el juez federal Ariel Lijo, y confirmó ahora la Sala I de la Cámara, DomÃnguez presionó a testigos para que involucraran en la "conexión local" del atentado a policÃas bonaerenses, entre ellos el ex comisario y hoy abogado Juan José Ribelli.
A principios de este año, la asociación Memoria Activa, que nuclea a familiares de vÃctimas del atentado a la AMIA, pidió a la Justicia federal que eleve a juicio oral la causa contra DomÃnguez. El pedido, que también alcanza al ex comisario y abogado, Luis Vicat –conocido por ser un habitual invitado de programas de TV- y a la abogada Marta Nélida Parascándalo, fue elevado al mismo tribunal que lleva adelante el juicio oral contra el ex juez Juan José Galeano, el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy y el ex presidente Carlos Menem, sospechados por encubrimiento.
La vacante le ofrece a Vidal la posibilidad de designar referentes jurÃdicos cercanos. Tal como ocurrió en la Procuración bonaerense, donde -tras la salida de MarÃa Del Carmen Falbo- la Gobernadora designó a Julio Conte Grand, en ese momento funcionario del Ejecutivo.
La poderosa silla que deja libre DomÃnguez se suma a la disponible en la Suprema Corte, tras la jubilación de Juan Carlos Hitters, y la que se generó más tarde en el Tribunal de Cuentas bonaerense por el fallecimiento de Graciela Fernández.
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