EEUU
Apenas diez días después de asumir, Trump ya enfrenta fisuras en el partido republicano
Legisladores republicanos de peso alzaron la voz contra el "muslim ban".

Durante el fin de semana el presidente de los Estados Unidos Donald J. Trump firmó otra de sus polémicas órdenes ejecutivas, a través de las cuales ha estado gobernando desde que tomó posesión hace diez días. Primero vino el ataque contra México con la simbólica orden para construir el muro en la frontera con nuestro país. 

La embestida contra las minorías continuó el sábado con una orden ejecutiva que prohibió durante 90 días la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países con poblaciones mayoritariamente musulmanas; y adicionalmente, suspendió la entrada a refugiados políticos de cualquier país durante 120 días, incluidos los provenientes de Siria, país que sufre una gravísima crisis humanitaria por la guerra. Se trata de medidas extremas que lo emparentan con las propuestas de los partidos de ultra derecha de Europa.

Fue demasiado hasta para su dirigentes de su partido que empezó a mostrar sus primeras fisuras por las acciones de Trump.

Los dos líderes republicanos del Congreso, el senador Mitch McConnell y el congresista Paul Ryan, quien declaró que “el presidente tiene razón en asegurarse que estemos haciendo todo lo posible por saber quién está entrando a nuestro país”, sí apoyaron la movida de Trump.

Pero número importante de legisladores republicanos se pronunciaron en contra de la medida. Particularmente uno de los líderes morales del partido, el senador y veterano de Vietnam John McCain, quien lanzó un comunicado de prensa conjunto con el también senador republicano Lindsay Graham, donde expresaron que el gobierno de los Estados Unidos “tiene una responsabilidad de defender nuestras fronteras, pero debemos hacerlo en una manera en que nos haga más seguros y que mantenga todo lo que es decente y excepcional de esta nación”.

Acaso esta orden ejecutiva ayude más a reclutar terroristas que a mejorar nuestra seguridad, advirtieron los ex candidatos presidenciales del Partido Republicano, John McCain y Lindsay Graham

“Es claro”, continuó el comunicado signado por ambos ex candidatos presidenciales, “por la confusión en nuestros aeropuertos a lo largo de todo el país que la orden ejecutiva del presidente Trump no fue propiamente pensada. Estamos particularmente preocupados por los reportes que indican que la orden entró en vigor sin ser consultada con el departamento de Estado, de la Defensa, de Justicia ni con Homeland Security”.

El comunicado incluso advirtió que las medidas de Trump podrían resultar contraproducente para la seguridad de Estados Unidos: “Esta orden ejecutiva prohíbe a pilotos iraquíes a que vengan a nuestras bases militares en Arizona para pelear contra nuestros enemigos. Nuestros aliados más importantes en la lucha contra ISIL son la mayoría de musulmanes que rechazan su ideología apocalíptica de odio”.

“Es por esto que tememos que esta orden ejecutiva ayude más a reclutar terroristas que a mejorar nuestra seguridad”, sentenció el comunicado de McCain y Graham.

Donald Trump condenó las declaraciones de los senadores a través de su cuenta de Twitter: “El comunicado conjunto de los ex candidatos presidenciales John McCain y Lindsey Graham está equivocado –son tristemente débiles en migración-. Los dos senadores deberían concentrar sus energías en ISIS, migración ilegal y seguridad fronteriza en lugar de querer empezar la Tercera Guerra Mundial”.

El senador Lindsay Graham.

El senador Lindsay Graham.

Luego, otros seis senadores y nueve asambleístas republicanos reprobaron la orden ejecutiva de Trump, entre ellos el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, el senador por Tennessee, Bob Corker.

El senador por Arizona Jeff Flake publicó un post en el calificó las acciones del presidente como “inaceptables” y agregó que para mejorar la seguridad nacional a largo plazo, “requiere que veamos con ojos claros el terrorismo islámico radical sin asignar posturas islámicas radicales a todos los musulmanes”.

Mientras tanto, el representante por Michigan, uno de los estados que le dio el triunfo a Trump, comparó las acciones del presidente con las tomadas por Obama hace unos años para brincarse el proceso democrático: "Si el presidente quiere cambiar las leyes migratorias, debe trabajar con el Congreso”.

Lo extraño es que Trump no está brincándose a un Congreso hostil con sus ordenes ejecutivas: tiene mayoría en ambas cámaras y sin embargo, rehuye el diálogo con los líderes de su partido

Lo extraño es que Trump –a diferencia de Obama- no está “brincándose” a un Congreso hostil que vaya a congelarle sus propuestas. Los republicanos tienen la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes, y aun así Trump se niega a hablar con los líderes de su partido. En este caso se niega incluso a consultar a miembros de su gabinete y al staff del Departamento de Estado y de Justicia, quienes habrían tenido que revisar minuciosamente la orden ejecutiva del presidente e informar de posibles errores o atropellos, como el que permitió que un juez federal suspendieran partes de ella este lunes.

La Política Online habló con la doctora Luz María de la Mora, profesora del CIDE con estudios en relaciones internacionales por el Colmex, economía por la Universidad de Carleton, y un doctorado en ciencia política por la Universidad de Yale. De la Mora ha trabajado en la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Economía.

“Lo que está haciendo Trump en su afán de eficiencia y de cumplir sus promesas de campaña, se está olvidando de la institucionalidad”, afirmó. Durante el retiro del Partido Republicano la semana pasada se reportó que el presidente les advirtió a los presentes que era momento de actuar y dejar de hablar.

“No está tomando en cuenta al partido”, opinó la especialista. “Trump debe sentir que el partido le debe a él; que ayudó de una forma muy decidida a que los republicanos tengan la mayoría en el Congreso. Sin embargo, en política los cambios son rápidos, y la forma en que está tomando sus decisiones sin consultar y creando tal animadversión entre el público, le puede empezar a costar en términos de aceptación política”.

Apenas diez días después de asumir, Trump ya enfrenta fisuras en el partido republicano

Para de la Mora aún es muy pronto afirmar que un sector importante de su partido vaya a darle la espalda, “pero está sumando taches”, dijo. “Aunque Paul Ryan ya apoyó esta medida, a lo mejor la siguiente no le gusta tanto. Creo que es más la forma que el fondo de lo que está haciendo. El tema migratorio es un tema muy sensible que divide mucho en Estados Unidos. La forma en que lo hizo no ayuda”, agregó la especialista.

Llama la atención que el presidente tiene menos de dos semanas ocupando el cargo: “Probablemente alguien como -por ejemplo- Ryan, no quiere enemistarse con Trump a estas alturas”, especuló. “No les conviene estar en una posición de desgaste mutuo. Ahorita no hay muchos que se avienten a confrontar al presidente en el partido, lleva apenas diez días”.

Si su nivel de popularidad sigue cayendo vamos a ver que lo mejor que le puede pasar a un congresista es no estar asociado con Trump, señaló De la Mora, profesora del CIDE con un doctorado en Yale

De la Mora señaló que la relación de los congresistas con Trump es una espada de doble filo: “Si por un lado no le cuestionan nada al presidente, puede que algunos republicanos pierdan la reelección por alinearse tanto con Trump. La otra es que si lo cuestionas, va a surgir la ira de Trump y va a hacer todo lo posible para que no seas reelecto”.

Es posible que el mandatario esté tomando medidas tan drásticas para aprovechar el relativo periodo de luna de miel con el electorado –aunque algunos medios ya especulaban que el de Trump habría terminado aún antes de tomar posesión, según reveló una encuesta de Gallup el magnate ya tiene más imagen negativa que positiva. “Depende mucho de qué nivel de aceptación tenga en los siguientes dos años”, continuó la especialista. “Si su nivel de popularidad sigue cayendo, vamos a ver que lo mejor que le puede pasar a un congresista es no estar asociado con Trump”, concluyó.

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