Las autoridades estadounidenses empezaron a implementar la orden de Donald Trump para frenar la llegada de musulmanes y retuvieron a viajeros en aeropuertos estadounidenses, agravando el conflicto con Medio Oriente.
Trump firmó una orden para prohibir temporalmente la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de siete paÃses de mayorÃa musulmana (Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Irán y Yemen), con el fin de impedir la llegada de supuestos terroristas.
La medida suspende el programa estadounidense de acogida de refugiados durante al menos 120 dÃas, mientras se concreta el futuro sistema de verificación de visas. También prohÃbe la entrada a Estados Unidos de viajeros procedentes de paÃses de mayorÃa musulmana -Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen- durante 90 dÃas.
La orden de Trump se ejecutó de inmediato en las terminales aéreas estadounidenses y, en Nueva York, derivó en la detención de dos iraquÃes Hameed Khalid Darweesh y Haider Sameer Abdukhaleq Alshawi.
La reacción de Irán no tardó en llegar: "La República Islámica de Irán, para defender los derechos de sus ciudadanos y hasta que se solucionen todas las limitaciones insultantes de Estados Unidos contra los nacionales iranÃes, aplicará el principio de reciprocidad", informó el ministerio de Exteriores en un comunicado.
La medida cumple con una de las promesas más controvertidas de la campaña, cuando Trump prometió que iba a contener la inmigración procedente de varios paÃses musulmanes que, según él, suponen una amenaza terrorista para Estados Unidos, y someter a los viajeros de esas naciones a "investigaciones extremas".
El veto es más severo que el que se habÃa filtrado en un borrador esta semana, que hablaba de una prohibición de un mes, no de tres, a los visitantes de determinados paÃses.
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