En el día de la asunción de Donald Trump como el 45º presidente de los Estados Unidos, Washington DC amaneció con manifestaciones a favor y en contra del magnate, entre las que se destacó una colorida protesta en la que se repartieron cigarrillos de marihuana a los transeúntes.

Un nutrido grupo de militantes a favor de la marihuana libre se concentró a primera hora del viernes en Dupont Circle para reclamarle al nuevo presidente que no modifique la legislación que desde 2015 permite el uso recreativo de esa droga en la capital estadounidense.

El dato de color es que varios de los organizadores de la protesta llevaban pequeñas bolsas y frascos llenos de cigarrillos de marihuana y los repartieron a todos los que se acercaron, que no fueron pocos. En la previa, habían anticipado que regalarían 5 mil porros. A pocos metros de ellos estaba la policía, que no podía hacer nada.

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“Presidente Trump mantenga la marihuana legal. No vamos a regresar”, fue uno de los mensajes de los manifestantes, que se encerraron en una jaula que simulaba una cárcel.

Los grupos pro marihuana sospechan que el nuevo fiscal general (lo que sería en Argentina el ministro de Justicia) Jeff Sessions avance contra la legalización del uso recreativo de la marihuana y por eso fue el principal blanco de la manifestación. Sessions, senador por Alabama, es reconocido por sus posturas racistas y su idea de expulsar a millones de inmigrantes, pero también tiene una postura en contra de la legalización de la marihuana.  

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Esta es una de las tantas protestas que se realizan contra Trump en Washington, una ciudad que es un verdadero caos también por las manifestaciones a favor del magnate y el fenomenal operativo de seguridad que montaron las fuerzas de seguridad. Por ahora, el clima entre los pro y anti Trump era calmo, sin incidentes.

El día Trump

Donald Trump pasó la noche en Blair House, la residencia oficial para los invitados del presidente de los Estados Unidos. De allí, esta mañana se dirigió a la Iglesia Episcopal de Saint John, a unos pocos metros de la residencia y frente a la Casa Blanca, para participar del oficio religioso previo a la asunción.

La Iglesia Episcopal de Saint John es conocida como "la iglesia de los presidentes" ya que todos los mandatarios estadounidenses pasan por allí el día de la asunción. Luego de eso, Trump se dirigió a la Casa Blanca para tomar el té con Barack y Michelle Obama.

 Tras el encuentro en la Casa Blanca, Obama y Trump partirán juntos hacia el Capitolio para el acto de posesión, la ceremonia principal del traspaso de mando. El republicano jurará ante un juez de la Corte Suprema.

Ese acto podría empañarse por el mal clima. Washington amaneció nublado y con algunas lloviznas, y se pronostica que para la hora de la jura y el discurso de Trump, la lluvia será algo más intensa.De buen humor, el magnate anoche bromeó sobre esto: "Si realmente llueve, está bien porque la gente verá que mi pelo es real".