Este miércoles el nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recibió en el Palacio de la calle Hipólito Yrigoyen al presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Adrián Kaufmann Brea, y a Carlos Abeledo, el responsable del Departamento de Política Tributaria de la gremial empresaria, quienes le acercaron la misma propuesta de reforma tributaria que habían presentado en la 22ª Conferencia Industrial del pasado noviembre.

De los diez puntos de la propuesta original solo uno de ellos fue escuchado durante la gestión de Alfonso Prat Gay, la eliminación del impuesto a la Ganancia Mínima Presunta para las Pymes que salió en la nueva Ley Pyme.

La reforma propuesta persigue cuatro objetivos: fomentar la inversión, eliminar distorsiones, racionalizar la tributación y aumentar la competitividad. Y para esto, fijaron la mira en el Impuesto al Cheque y a las Ganancias.

Por eso, los industriales solicitaron un régimen de devolución anticipada del crédito fiscal del IVA para las empresas que hagan inversiones productivas y la posibilidad de deducir el impuesto al valor agregado de los aportes patronales. De esta forma, la recaudación por parte de la AFIP no cambia, pero sí se mejora la liquidez de las empresas.

A la vez, piden que se trate en pie de igualdad a la industria que se financie con capital propio o que tome deuda para financiarse. Por eso, la UIA solicitó, para las empresas que realicen inversiones en bienes de capital, “Implementar un régimen de deducción de interés sobre capital propio aplicando una tasa de interés sobre patrimonio con el objeto de brindar simetría en el tratamiento fiscal al capital propio con el endeudamiento”.

Ministerio de Hacienda

 En materia de competitividad, como Argentina enfrenta el impuesto a las Ganancias más alto del Cono Sur, los empresarios bajar el gravamen al 30% para las grandes empresas y al 25% para las Pymes. A la vez que reclaman la reinstauración del tope a los aportes patronales –eliminado en 2005- que encarece el costo laboral del personal jerárquico.

“La falta de ajuste (por inflación) lleva al contribuyente a responder no ya con una parte sustancial de sus ganancias sino con su patrimonio, afectando derechos y principios de rango constitucional, lo cual fue confirmado por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, explica el documento de la UIA respecto de las variaciones patrimoniales que se originan por la pérdida de valor de la moneda y no por un crecimiento real del patrimonio.

Con la inflación más alta de los últimos 14 años, los industriales en 2016 afrontaron cargas por falsas ganancias, por lo que exigieron el regreso del ajuste por inflación integral tributario.

En materia de distorsiones, la UIA insistió en la necesidad de eliminar el impuesto al cheque, uno de los impuestos más distorsivos junto con el impuesto a los ingresos brutos (II.BB.). Para que la transición no sea abrupta, propusieron que se amplíe gradualmente el porcentaje de este impuesto computable como pago de otros tributos “hasta la completa eliminación del gravamen”.

Sobre II.BB., también pidieron su eliminación de la mano de la creación de un nuevo impuesto sobre las ventas y de una reforma integral de la coparticipación y con una unificación de criterios tributarios para todo el país. Persiguen que todas las provincias y municipios tengan la misma alícuota para la promoción industrial.