Los saqueos que atemorizaron a México en las pasadas 48 horas esconden una guerra política dentro del PRI sin precedentes en los últimos años del partido de gobierno del país azteca.
México se vio sacudido desde ayer por una ola de saqueos que se derivó de las protestas ante la decisión del gobierno de Enrique Peña Nieto de liberar el precio del combustible y reducir los subsidios. La antipática medida se bautizó como “Gazolinazo”, ya que implicó un aumento del 20 por ciento en las naftas, un tarifazo de proporciones si se considera que México tiene una inflación anual del 3%.
Los saqueos afectaron ayer al Estado de México –el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera dijo que 20 mil negocios cerraron sus puertas por el temor a los vándalos- y este jueves en mayor medida a Veracruz.
Tras el pánico generalizado de la población, salió a la luz la guerra interna entre los tecnócratas liderados por Peña Nieto y la vieja guardia encarnada en Manlio Fabio Beltrones, ex presidente del PRI que tiene el respaldo de algunos gobernadores y senadores.
Los gobernadores de Sonora, Claudia Pavlovich, y de Jalisco, Aristóteles Sandoval, que pertenecen al propio PRI y responden a Beltrones, salieron a manifestar su inconformidad por el aumento a las gasolinas que determinó Peña Nieto.
En tanto que el senador oficialista Patricio Martínez se despachó con durísimas críticas contra Enrique Ochoa, presidente del PRI. En el entorno de Ochoa responsabilizan a Beltrones de mandar al senador Martínez a lanzar estos ataques.
La sucesión
Estos cruces esconden la pelea que se viene en 2018 por la sucesión de Peña Nieto. Ochoa reemplazó a Beltrones en la presidencia del PRI luego de que éste fracasara en su última campaña en las elecciones estaduales.
Pero la pelea real de la vieja guardia no es con Ochoa, un técnico sin carisma, sino con Peña Nieto y el hombre fuerte del gobierno, Luis Videgaray.
AMLO se defiende El candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) Andrés Manuel López Obrador pidió públicamente a sus militantes deslindarse de los actos vandálicos, luego de las acusaciones del PAN que lo vinculaban con los saqueos. “A todos los militantes y simpatizantes de Morena les pido que no participemos en ningún acto vandálico ni de saqueo. No hay que caer en la trampa de la violencia”, solicitó López Obrador a sus seguidores.
Videgaray es apoyado por Peña Nieto para la presidencia y tomó mayor impulso luego de volver al gobierno tras el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. Videgaray fue el cerebro detrás de la reunión entre Peña Nieto y Trump antes de los comicios norteamericanos, que le valió la salida del gobierno ante la lluvia de críticas que le ocasionó ese encuentro al presidente.
Considerado luego como un visionario, Videgaray retornó al gobierno con más poder que antes y fue nombrado Canciller. Una de sus primeras acciones fue motivar la salida de ese puesto de Claudia Ruiz Massieu. Una clara vendetta puesto que Ruiz Massieu había pedido su cabeza luego de enterarse que Trump visitaría Los Pinos –así se conoce a la residencia presidencial- sin el consentimiento de la canciller.
Videgaray consiguió apartar del gobierno a Ruiz Massieu, lo que le abrió otro foco de conflicto a Peña Nieto con uno de los pesos pesados de la política mexicana: Carlos Salinas de Gortari, ex presidente, monje negro de la política azteca y tío de Ruiz Massieu.
La guerra del PRI también involucra a otro jugador importante: Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de gobernación de México y otro de los grandes candidatos a suceder a Peña Nieto.
Osorio Chong reforzó este jueves con 1,500 policías al Estado de México para controlar los saqueos. Lo que se preguntan en Los Pinos es por qué no lo hizo antes.
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