Donald Trump busca imponerse en el mundo con sus medidas proteccionistas y se perfila en un juego de amenazar empresa por empresa para mantener las inversiones en su país con efectos contundentes. Y apostando no sólo con las empresas de su país, también se lanza con las extranjeras. ¿Tendrá el mismo poder?

Un escándalo fueron las decisiones de Ford, de Carrier que terminaron cediendo a las peticiones del presidente electo, sin embargo con Toyota, a la que hoy se lanzó fuertemente a través de su cuenta de Twitter, el efecto no fue quizá el esperado.

“Construyen planta en Estados Unidos o pagarán un gran impuesto fronterizo”, dijo desafiante Trump en su cuenta de Twitter a la japonesa Toyota, refiriéndose a una planta para producir el Corolla, con la imprecisión de que mencionó que esta sería en Baja California, cuando en realidad se trata de Guanajuato.

Horas más tarde Toyota dio réplica por el mismo medio: “el volumen de producción o el empleo en Estados Unidos no disminuirá como resultado de nuestra planta en Guanajuato, anunciada desde el pasado abril”.

Y diplomática, la firma cerró su breve comunicado que trabajará con el gobierno de Estados Unidos “para servir a los mejores intereses de los consumidores y a la industria automotriz”.

La Japonesa cuenta con una participación de mercado de 15.2%, siendo líder en ventas en ese país, después de General Motors y Ford. Particularmente, el Corolla está entre los cinco modelos mejor vendidos de Toyota en ese mercado. La nueva planta en México es parte de la estrategia para abastecer la creciente demanda en Estados Unidos.