Era de manual. Con apenas una serie de cambios en las reglas de juego y un mayor grado de confianza entre los empresarios y las autoridades públicas era indudable que el sector productor de biocomustibles iba a repuntar de manera significativa.

Y esto fue lo que pasó durante 2016 en el que la Argentina se encamina a alcanzar un nuevo récord en producción de biodiesel con más de 2,7 millones de toneladas, una cifra que representa un incremento del 50% respecto al año anterior.

Con este nivel de producción, el país se ubicará cuarto entre los máximos productores mundiales, tras haber sido líder en el período 2007/2011 hasta que el kirchnerismo intervino el mercado y la Unión Europea (UE) cerrara las importaciones argentinas.

¿Cuáles fueron los motivos que explican tales números? “Hubo fluidez en el diálogo y buena disposición para promover el consumo de biodiesel”, respondió a LPO, Luis Zubizarreta, presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO).

“En los Ministerios de Energía y Agroindustria comprendieron la necesidad de sumar el producto en áreas como transporte público, generación eléctrica y encauzar problemas sobre transparencia y protocolos de sustentabilidad”, afirmó Zubizarreta.

Un dato no menor es que a partir del año que viene la Argentina volverá a exportar biodiesel a Europa: las estimaciones oficiales indican que se podría enviar un volumen de alrededor de 1,5 millones de toneladas por un total de u$s 1200 millones.

“El diálogo y el trabajo conjunto entre el Estado y los actores del sector privado posibilitan construir una perspectiva aún más auspiciosa para la producción y la exportación del biodiesel argentino en 2017”, destacó el presidente de CARBIO.

Carbio

Cabe mencionar que el mercado interno se consolidó con el aumento en el corte obligatorio, llegando al 10%, al igual que Malasia, mientras Brasil y Tailandia se encuentra en un 7%, e Indonesia lidera con el 15% del corte de gasoil con biodiesel.

En este contexto, no son todas noticias favorables. Es que aún el sector cuenta con un esquema de retenciones móviles que van variando según disposición del Ministerio de Energía (una medida que implementó el kirchnerismo y que el macrismo continuó).

“Para estar a la altura de los desafíos que propone el mercado mundial es necesario anular los derechos móviles a la exportación de biodiesel”, reclamó Zubizarreta (en el mes de julio la retención al sector llegó a su máximo al ubicarse en un 7,1%).

Otro de los puntos preocupantes es el bloqueo que impuso en octubre el gobierno de Perú a las importaciones de biodiesel argentino a raíz del lobby que ejerció la corporación peruana Grupo Romero (que elabora el champú Plusbelle).

Para tener una idea del impacto de la decisión, de 2012 a 2015 el mercado peruano compró en promedio unas 195.000 toneladas de biodiesel argentino, que representan, a valores de hoy, aproximadamente u$s 147 millones en ingreso de divisas.

“A través de la Cancillería, continuaremos impulsando reclamos contra estas medidas injustificadas para que sean prontamente resueltas en el marco de la Organización Mundial del Comercio o en ámbitos bilaterales”, concluyó Zubizarreta.