De manera inesperada y cuando faltaban pocos días para concretar su desembarco, el nuevo timonel del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) dejó “plantados” al presidente Mauricio Macri y al ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren.
Marcelo Figueroa –el ex Director de Operaciones de Metrogas y ex gerente de British Gas Argentina que había sido elegido tras un concurso público de antecedentes para manejar el Enargas—decidió no sumarse al “equipo” de la administración macrista y seguir su carrera profesional en el mundo arabe.
La decisión de Figueroa de no aceptar la presidencia del ente regulador dejó al Gobierno descolocado y sin tener en claro cómo debe moverse a partir de ahora para cubrir el cargo que ha quedado vacante.
Para terminar con la intervención de casi nueve años que arrastraba el Enargas, Macri y Aranguren habían decidido en agosto seleccionar a las nuevas autoridades por medio de un concurso abierto de antecedentes.
Un “Comité de Selección” integrado por los académicos Raúl Bertero y Eduardo Zapata; el representante de las empresas, Ernesto López Anadón; el sindicalista, Oscar Mangone y la referente de las entidades de usuarios, Claudia Collado se encargó de evaluar los antecedentes técnicos y profesionales de alrededor de 40 postulantes.
Tras obtener el visto bueno del comité y de la cartera de Energía, los designados por Macri para integrar el nuevo directorio del ente fueron: Marcelo Figueroa (presidente), Daniel Perrone (vicepresidente), Carlos Casares (primer vocal), Diego Guichón (segundo vocal) y Griselda Lambertini (tercera vocal).
La deserción de Figueroa causó un fuerte malestar entre los colaboradores de Aranguren que tuvieron que explicarle al Jefe de Gabinete, Marcos Peña lo que había pasado con este fallido nombramiento.
De acuerdo con la versión que dieron los funcionarios de Energía, Figueroa habría usado el concurso y su designación como presidente de Enargas para negociar una renovación del contrato que lo liga desde hace varios años con la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi (ADNOC).
Inicialmente, Figueroa tenía previsto dejar el manejo del negocio de gas natural de ADNOC para venir a presidir el ente regulador gasífero. Pero una nueva propuesta de la petrolera árabe que integra el club de las diez compañías de hidrocarburos más grandes del mundo lo llevó a cambiar de planes.
Según parece, la principal razón de ese cambio estaría en los ingresos mensuales en juego. Con la ADNOC, va a embolsar unos 50.000 dólares cada 30 días. En cambio, si aterrizaba en el Enargas, su remuneración no iba a pasar de los 15.000 dólares por mes.
La movida de Figueroa le dejó al Gobierno un nuevo problema por resolver. No hay antecedentes sobre cómo se debería actuar en un caso de estas características.
Algunos asesores legales consideran que se debería efectuar un nuevo llamado a concurso para elegir al presidente del ente. Otras voces, en cambio, sostienen que las normas vigentes le dan un amplio margen de acción al Poder Ejecutivo para designar en forma directa a alguno de los profesionales que integraron las ternas armadas para cubrir los cargos de presidente y vice del Enargas.
Una posible salida sería ascender al vicepresidente elegido al cargo presidente y designar como segunda autoridad del ente a la persona que había quedado detrás de Daniel Perrone.
En cualquier caso, se estima que la solución a este contratiempo se daría a partir de la segunda semana de enero, una vez que Macri regrese de sus vacaciones en el sur. Eso obligaría al Gobierno a tener que prorrogar por unos días la actual intervención del Enargas que expira el 31 de diciembre.
Por ahora, los únicos que están confirmados para desembarcar en el nuevo directorio del Enargas son: Perrone (actual subinterventor del ente y ex gerente de TGS), Casares (proveniente del grupo Techint), Guichón (académico de la UBA) y Lambertini (licenciada en Ciencias Políticas y abogada del estudio Freire y Asociados).
