La importación de vino chileno por parte
de bodegas argentinas se disparó 300 por ciento entre finales de octubre y
principios de diciembres, según informó oficialmente el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
De 400 mil litros ingresados hasta el 20 de octubre, se pasó a 1.280.000 litros el 1 de diciembre. El salto ha preocupado al Gobierno provincial, que no se decide a utilizar un gravámen aprobado en la Legislatura junto al Presupuesto 2017 por temor a “incomodar” a la Nación.
Cuando a finales de octubre LPO reveló la movida de bodegas de envergadura, que decidieron aprovechar las facilidades que dio el Gobierno nacional para importar, Cornejo y su par sanjuanino Sergio Uñac salieron con los tapones de punta a criticar la facilidad con la que salían desde el Ejecutivo nacional los permisos de ingreso.
Con un sobre stock de vino que viene arrastrando la industria desde hace al menos dos años, que se permitiera la importación de vino sólo se podía interpretar como una decisión ideológicamente acorde al macrismo, y una forma de poner en caja a quienes ofrecían el vino a un precio que las grandes bodegas no estaban dispuestas a pagar.
Hoy por hoy, el stock de vino importado es relevante. Y según referentes del sector, la compra al exterior “se debe fundamentalmente a un tema de abastecimiento y precio. Hay falta de oferta en el mercado. Si alguien tiene un producto que tiene valor, es probable que lo retenga a la espera de un mejor precio”.
Justamente para evitar la especulación y buscar proteger a los productores medianos y pequeños, es que Cornejo con Uñac, en días de mucho enojo con la Casa Rosada, propusieron normas locales que “castigarían” la compra de vino en el exterior.
Así, en el caso de Mendoza, Cornejo incluyó en la Ley Impositiva 2017 la posibilidad de cobrar una tasa a los caldos importados desde 4%, con la idea de incentivar la compra de vino argentino. Como era de esperar, la Legislatura aprobó el pedido del Gobierno, que, en su momento, explicó que como no podía lograr el freno de la importación por parte de la Nación, utilizaría resortes locales con el fin de “proteger” al productor local.
Pero por el momento, y pese al dato de que se ha triplicado la compra de vino a Chile en apenas un mes, desde el Ministerio de Hacienda de Mendoza no confirman la aplicación del gravamen. “Es difícil, es casi una afrenta al Gobierno nacional”, explican, teniendo en cuenta la postura aperturista del presidente Mauricio Macri y su equipo económico.
No obstante, desde el entorno de Cornejo se dejó entrever que en los próximos días podrían haber novedades al respecto. Es que este miércoles, el mendocino y el presidente tuvieron un capítulo más de amor explícito cuando ambos habilitaron las reformas en el aeropuerto local. En ese acto, Macri fustigó a la oposición por el proyecto unificado de cambios en el Impuesto a las Ganancias, y Cornejo salió a bancarlo sin fisuras.
Quedará por ver ahora si Cornejo utiliza la herramienta legal que pidió a la Legislatura para intentar frenar la entrada de vino importada.
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- 109/12/1617:57Patricia Bullrich se va a alegrar: va a pagar el vino más barato, aunque quizá de peor calidad.