Este miércoles por la tarde en la sede central de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) se realizó un evento que reunió a los principales referentes del sector vitivinícola argentino.

El motivo del acontecimiento -al que asistió La Política Online- fue la presentación del libro "La Vitivinicultura en la Economía Argentina", una publicación que editó la CAME y que hace un recorrido minucioso e histórico del sector.

Lo primero que llamó la atención de los presentes fue la presencia del ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, dado que representa a un territorio que prácticamente no produce vino.

Al momento de hablar en la mesa central -acompañado por Osvaldo Cornide, Raúl Robín y la diputada Myriam Juárez- Sarquís redobló la apuesta al brindar algunos datos e indicios acera de los objetivos que se están delineando para Buenos Aires.

"Pocos saben que en la provincia tenemos 3 mil hectáreas de producción de vino y que nuestra idea (en el gobierno bonaerense) es llegar a 7 mil" hacia 2019, aseguró Sarquís en un escueto discurso que duró alrededor de 5 minutos.

Enseguida, el ministro de María Eugenia Vidal aclaró, casi entre risas, que la idea no es salir a competir con las principales provincias viñateras, sino más bien sumar un nivel importante de producción de vinos a nivel país.

"En el sudoeste de la provincia tenemos excelentes vinos. Sabemos que hay mucho por mejorar. Pero tenemos en claro que el objetivo es generar cada vez más puestos de trabajo y para esto la cadena vitivinícola es clave", agregó Sarquís.

 Osvaldo Cornide, Myriam Juárez, Raúl Robín y Leonardo Sarquís en la presentación del libro

En este sentido, cabe destacar que la cadena vitivinícola genera en todo el país unos 105.000 empleos directos, mientras que actualmente el sector está integrado por 25.860 productores de uva, 1285 bodegas y 21 plantas concertadoras de mosto.

En este contexto, el sector, al igual que la mayoría de las economías regionales del país, atraviesa una dura crisis profundizada en los últimos años por distorsiones coyunturales y panorama internacional que no ayuda.

"La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, los retrasos en la cadena de pagos, la caída de la demanda externa y un tipo de cambio poco competitivo son los principales problemas", dijo el presidente de Economías Regionales de CAME, Raúl Robín.

"Si se fortalecen los controles y mejoran las condiciones de colocación del mosto en el mercado o se promueven alternativas de diversificación, la rentabilidad de los pequeños productores podría comenzar a mejorar", sostuvo Robín.

En la presentación también hubo espacio para que un grupo de productores se manifiesten: "Le decimos no a la importación de vinos. Necesitamos ayuda y apoyo del Estado", reclamó el presidente de la Federación de Viñateros, Eduardo Garcés.