Fue durante años un funcionario clave
con una autonomía política y presupuestaria que pocos lograron. Pero ahora Diego
Bossio se para como vocero de los gobernadores que emitieron la partida de defunción
del kirchnerismo y dice que sólo “una gran primaria peronista” puede alumbrar
el liderazgo que hoy el peronismo no tiene. Habla del modelo económico de
Mauricio Macri, defiende el proyecto de emergencia social y sostiene que hace
falta una reforma impositiva para que, finalmente, paguen más los que más
tienen. “La inflación es mayor, la actividad económica es menor, la pobreza es
mayor,”, advierte.
¿Cuántos peronismos hay hoy en la política argentina?
Después de haber perdido una elección como la que se perdió, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que solamente ocurrió en el año 83, el peronismo entra en una etapa de mucha horizontalidad. Y me parece que solamente un proceso electoral muy fuerte, muy claro y muy contundente va a definir los liderazgos.
Hoy aparecen tres sectores, el kirchnerismo, el massismo y el peronismo que gobierna.
Hay que pensar en el peronismo del siglo XXI, el peronismo del futuro y la única manera de dirimir los liderazgos en una situación así es en una gran primaria. A comienzos de los ’80, el tema de las internas era quién manejaba los padrones. Hoy con la ley de las PASO que fue iniciativa de Randazzo y de la ex presidenta y con el voto electrónico o boleta única electrónica, todos los que se sientan identificados dentro del peronismo pueden participar.
Pichetto cuestionó a los extranjeros y Massa también pidió expulsar a los inmigrantes que delinquen.
No tener política es lo peor que puede pasar. Hay un mandato constitucional que está expresado en el Preámbulo, en Argentina son todos bienvenidos, pero está bien discutir el tema sin hipocresías, cómo resolvemos las inmigraciones de los países limítrofes. Es lo que está planteando Massa.
¿No es eso también una forma de demagogia en busca de votos fáciles?
No, no. Tienen que ser bienvenidos todos nuestros hermanos latinoamericanos, con las normas y con los derechos que hay en Argentina. Tenemos que trabajar para ver también de qué manera le damos formalidad a los trabajadores extranjeros, a cuestiones de urbanismo. Todo eso hay que ordenarlo.
¿Cree que hay que reformar la ley migratoria?
Posiblemente. Exigir más a los que vienen y también darles más derechos. Argentina se formó sobre la base del esfuerzo de miles y miles de inmigrantes, eso es parte de nuestra historia, pero no hay que ser hipócritas. Hay que discutir estos temas y ese es el llamado de Pichetto. Nosotros en la Anses le pagabámos 110 mil asignaciones a hijos de extranjeros. Correspondía, era derecho. Vivían acá, trabajaban acá, tenían hijos.
¿Ustedes apoyan el voto electrónico?
Nosotros tenemos la experiencia dentro del Bloque Justicialista, con Juan Manuel Urtubey, el diputado Pablo Kosiner era el ministro de Gobierno e implementó el voto electrónico en Salta, que hasta los opositores la reconocen.
En el Senado tiene muchos cuestionamientos. La crítica principal es que se trata de un sistema vulnerable.
Sí, hoy existe el sistema de papel que ha funcionado. Hubo una elección presidencial reciente, que se definió por una diferencia muy menor, y sin embargo no hubo cuestionamientos. Sólo en algunos distritos puntuales hubo problemas. Acercarse a las nuevas tecnologías y darle las garantías suficientes al proceso electoral como dice la ley es un avance. Se ha avanzado en una muy buena ley, se han puesto más controles, es boleta única electrónica, no voto electrónico.
Es un proyecto inédito en el mundo, la boleta única electrónica, un invento argentino. Otros dicen es lo mismo que el voto electrónico.
Es verdad, es verdad. No soy tampoco un especialista. Es importante, si se aplica, que funcione y que salga bien. Por eso hicimos un planteo de gradualidad.
El laberinto de la economía
Lavagna dijo que el modelo económico del macrismo es el del menemismo y el de la dictadura. Urtubey respondió casi en defensa del gobierno que Lavagna está haciendo política.
Lavagna describe lo que está pasando. Hay un tipo de cambio fijo, rezagado, la unificación del tipo de cambio era deseable y necesaria pero no vino acompañada de una política de precios. Lavagna habla de las altas tasas de interés y es así: el Banco Central está utilizando la tasa como único mecanismo para reducir la inflación y eso está afectando muchísimo la actividad económica. Cayó el consumo y cayó la producción. Lo de Lavagna es un llamado de atención, es alguien que naturalmente tiene vocación política, fue candidato a presidente, pero estudia los temas de la economía. Claramente está haciendo política porque en definitiva todas las decisiones económicas son decisiones políticas.
¿Comparte ese diagnóstico?
Más allá de los títulos, que son fuertes, yo comparto el diagnóstico. Es una economía muy compleja, soy moderadamente optimista con respecto al futuro...
¿Por qué?
Porque creo que en 2017 la economía debería rebotar.
Después de la devaluación y el ajuste.
Claro, después del proceso recesivo, es natural que la inflación empiece a reducir su ritmo muy fuerte, puede haber un aumento del salario por arriba de la inflación y puede recuperarse el consumo. De todos modos, es un análisis de coyuntura. No hay nada estructural, ninguna reforma, que diga la economía argentina va en un camino distinto.
¿Que no haya un cambio estructural, quiere decir que se mantienen los problemas que Macri heredó del kirchnerismo?
Se han agravado. La inflación es mayor, la actividad económica es menor, la pobreza es mayor, 127 mil trabajadores menos según el ministerio de Trabajo, hablan del esquema impositivo pero todavía no hemos sido convocados en el Congreso a discutir una reforma impositiva.
La reforma impositiva
¿A quién considera que hay que gravar en una reforma impositiva, que fue uno de los grandes temas postergados por el kirchnerismo?
Por la democracia diría yo. Las últimas reformas impositivas fuertes son las de Cavallo, de 1994, aumento de IVA, Ganancias, Impuesto al Cheque.
Están intactas.
Sí, están intactas. Hay que cambiar la lógica.
¿Y a quién hay que cobrarle más?
A los que más tienen. Hay que hacer un esquema absolutamente progresivo. Primero hay que ampliar la base porque hay entre un 35 y un 40 % de los argentinos que no aportan o no se les imputa lo que corresponde. Y después, cobrarle a los que más tienen.
El kirchnerismo decía bajar el IVA no es fácil, la renta financiera no es mucho, la minería no es mucho.
Bueno, ahora todo es mucho. En el momento que vive el mundo, hay que empezar a ver de qué manera tributa el juego, la renta financiera, las ganancias extraordinarias como la especulación del dólar futuro. La reforma impositiva se tiene que dar, estamos esperando una señal del gobierno porque hoy están dadas las condiciones con una oposición que está dispuesta a trabajar.
¿Es una oposición que no se opone al gobierno?
Si vos no querés trabajar, te oponés te oponés te oponés. Es fácil, es sencillo, es decir que las cosas no funcionan, que lo mejor era el pasado; esa es la posición más cómoda. La otra postura es si vos estás dispuesto a ser parte de un esquema de gobernabilidad, de responsabilidad democrática, de responsabilidad republicana y de madurez. Es incorporar modificaciones y poner límites, es lo que hicimos nosotros desde el Bloque Justicialista. Cada proyecto de ley, se estudia y se modifica. Si las modificaciones son aceptadas, avanzamos. Si no son aceptadas, votamos en contra.
La oposición peronista
¿Cómo se explica que un sector del peronismo opine que Macri tiene el mismo modelo económico de la dictadura pero al mismo tiempo le vote todo en el Congreso?
No, pero ¿Qué es votar todo? ¿Cómo se votaba antes el Presupuesto?
A libro cerrado.
¿Cuántos cambios les hizo al Presupuesto el peronismo? Veinte artículos nuevos y 20 artículos modificados. Más plata para los científicos, más plata para el INTA, más recursos para las provincias, para las universidades, modificación de artículos que tienen que ver con las deudas provinciales, con la venta de inmuebles del Estado, la incorporación de auditorías en materia de deuda y de Aerolíneas Argentinas. Ha habido un diálogo político y ha habido modificaciones. Ahora bien, la responsabilidad de ejecución de obras es del gobierno; la tasa de interés -que es lo que marca Lavagna- la decide el Poder Ejecutivo, no el Congreso.
Desde el pago a los fondos buitres para acá, hay dos visiones: los que dicen que el peronismo ayuda a la gobernabilidad y los que creen que es funcional al gobierno.
Hay algunos que lo único que quieren es que fracase el gobierno, están en una postura absolutamente cómoda de oponerse y sólo quieren que al gobierno le vaya mal. Son una expresión política y esa es su forma de actuar. Solamente hubo tres Presupuestos que no tuvo la Argentina: en el año 2009, Cristina Fernández de Kirchner; Illia en 1966, golpe de Estado y en 1975, Isabel Perón. Acá hay una responsabilidad de la dirigencia. Después, que nosotros digamos que no a una ley, que pongamos límites o hagamos modificaciones forma parte de nuestro rol como parte de un esquema que incluye a gobernadores, hay intendentes que tienen que pagar sueldos, que tienen que trabajar con el gobierno, que tienen que resolver problemas presupuestarios, previsionales, de obra pública. Sería mucho más fácil oponernos a todo.
Y sería más coherente con lo que fue el kirchnerismo hasta el 10 de diciembre, un gobierno que decía las cosas son así o nada.
La dicotomía. Bueno, está bien pero el kirchnerismo perdió. Evidentemente esa metodología política, esa situación que efectivamente ocurrió en Argentina, de que las cosas son blanco o negro, no ha tenido buenos resultados. Es una situación complicada la que vive la Argentina en materia económica, somos moderadamente optimistas para el año que viene que puede haber un rebote económico.
¿Y después? ¿No vuelve a caer la economía como sucedió en 2014 y 2016?
Es probable, no ha habido cambios sustanciales como para decir es sostenible en el tiempo el crecimiento económico.
Massa, Cristina y la traición
Dijo que Massa es peronista y que tendría que volver al peronismo.
Estoy convencido de que las primarias obligatorias son el instrumento. La tarea de la renovación tiene que tener un corolario que es una gran primaria peronista. Y que ahí participen todos, Randazzo puede ser una figura importante dentro de la provincia de Buenos Aires, Massa es otro. En el interior me parece que hay gobernadores jóvenes y que están gobernando.
¿Sólo la derrota democratiza al peronismo?
Yo creo que es una necesidad.
Pero si está en el poder, no hay necesidad.
Jaja, Pichetto podria hablar más del tema, él tiene una idea muy clara en ese sentido. Quien gana conduce y el resto acompaña. El peronismo tiene esa genésis. Siempre hay debate muy intenso pero es necesario que el peronismo incorpore nuevas prácticas.
¿Qué pasa si CristinaKirchner juega en la provincia y obtiene un buen resultado?
No soy analista político. Nosotros estamos en otra cosa, pensando el peronismo del futuro, formando equipos técnicos, con dirigentes jóvenes, gobernadores, intendentes. Eso es lo que hablo con Randazzo, con Urtubey, con Massa.
¿Cuándo fue la última vez que habló con Máximo Kirchner?
Me lo crucé en la Cámara de Diputados y lo saludé hace poco. La última vez que hablé por teléfono fue los primeros días de enero.
El llamó para recriminarle la foto con Massa y Urtubey en Pinamar.
No me acuerdo. No me acuerdo.
No habla más con él.
No.
¿Por qué nunca entró a La Cámpora?
No, no sé, porque soy peronista.
¿Ellos no?
No sé.
Hay una frase que hizo famosa Juan Carlos “El Chueco” Mazzón, alguien a quien usted conoció mucho: “Hay algo peor que la traición, el llano”.
No, no sé. Muchas veces lo hemos hablado. Necesitamos y queremos un peronismo que pueda hablar el mismo idioma que la gente, que pueda plantear los verdaderos problemas que hoy están viviendo los argentinos. Yo creo que hay señales positivas. Me parece que desde la agresión y desde una metodología sectaria no se puede construir nada. Si el peronismo no logra renovarse, no va a tener nuevas oportunidades. Es un partido que le cuesta ser oposición, no sabe. Es un partido que tiene vocación de poder para transformar.
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Entre la recesión y el rebote, la política
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Fuerza que la gente lo apoya.