A penas se supo que Donald Trump había ganado las elecciones en Estados Unidos, las principales instituciones financieras del país comenzaron a hacer ajustes a la baja en sus perspectivas de crecimiento económico. No es casual, más de un aspecto en los objetivos del republicano pone nerviosos al mercado.

En un sondeo realizado por el diario El Financiero entre ocho corredurías, el promedio es que el pronóstico pasó del 2.3 al 1.5% para el 2017. Los más pesimistas, como la internacional BlackRock, piensa que la economía crecerá apenas 1%, mientras que Moodys, con la proyección más alta, piensa que será de 1.90%.

Como se ve, entre estas ninguna piensa que se llegará al 2%, quedando muy por debajo del pronóstico que había realizado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de entre el 2 y 3%.

Para entender cuáles son los factores dentro de las propuestas de Donald Trump que están considerando en el mercado para esperar un crecimiento económico menor, La Política Online dialogó al respecto con algunos especialistas del sector económico quienes recalcaron que, además del factor Trump, también existen temas internos y otros temas de economía mundial, que ponen en riesgo las expectativas.

Sin embargo no se niega que el factor más fuerte venga de Estados Unidos: entre las amenazas de renegociar el Tratado de Libre Comercio (TLC), el de las masivas deportaciones de migrantes y los impactos que su triunfo han significado en el mercado cambiario –y sus impactos inflacionarios-, la economía mexicana cargará con grandes limitaciones.

Los impactos

Tipo de cambio. El factor más inmediato por la incertidumbre en el mercado ante las medidas que tomará el republicano hace que los inversionistas salgan de mercados de riesgo como México, lo que debilita nuestra moneda. Con ello, el dólar se mantiene desde el pasado 8 de noviembre por arriba de los 20 pesos y algunos analistas piensan que para 2017 rondará entre los 23 hasta los 25 pesos.

La repercusión de un dólar caro es que impacte en la inflación, por lo que en el mercado se espera que el equipo que comanda Agustín Carstens en el Banxico actúe con un alza de tasas, ello también para tratar de contener la fuga de capitales.

La consecuencia de ello será que se encarecerán las deudas de todos los mexicanos y será el jueves cuando se sabrá a cuánto ascenderá. Algunos analistas, como en Banorte Ixe, piensan que será de 75 puntos base.

“Eso implicaría un duro golpe sobre el dinamismo que se había observado en el crédito, lo que sería un freno también para la economía”, explicó a LPO Alejandro Cervantes, subdirector de Economía Nacional de esta institución financiera.

La confianza del consumidor se verá mermada: “la percepción de que haya ganado Trump es negativa, la incertidumbre de no saber cuál será el impacto en la economía mexicana; si eso implicará precios más caros o despidos, generará que los consumidores se limiten en sus compras”, explicó cervantes.

Disminución de las inversiones tanto extranjeras como locales. En términos locales, se espera que los proyectos de inversión se posterguen ante la incertidumbre de no saber qué medidas se tomarán y qué tanto afectará el tipo de cambio, esto sobre todo considerando los insumos y las maquinarias que se compran de Estados Unidos.

En cuanto a la inversión extranjera directa, el economista Julio Soto, de Consultores Internacionales, explicó que el 60% proviene de Estados Unidos, se verá una desaceleración más pronunciada de la que ya se ve, lo que implicaría un problema de balance de pagos, pues gran parte se compensa de la cuenta financiera.

Migración. Trump habló de que podría deportar hasta 3 millones de migrantes y eso complicaría mucho a México en términos de desempleo, advierten los especialistas. “Por lo tanto, impactaría al gasto público; el gasto administrativo se vería afectado y por ello tendría que darse un plan emergente”, señaló Soto.

Finalmente el tema del Tratado de Libre Comercio, que pone nervioso a más de uno por no saber el rumbo que tomará, sobre todo porque Trump promete un mercado proteccionista, en el que pueda mantener la industria en su país, amenazando incluso con elevar impuestos a aquellos empresarios que busquen seguir manteniendo sus negocios en el extranjero.