A principios de marzo pasado, los dos más importantes dirigentes del PRO en Mendoza, la empresaria vitivinícola Susana Balbo y el intendente Omar de Marchi, anunciaron que la agrupación gozaba de excelente salud, que habían acordado cargos partidarios y que no habría elecciones internas para definir autoridades.
El arreglo era, básicamente, que De Marchi sería el presidente del PRO Mendoza, y Balbo tendría mayoría en los órganos partidarios.
Nada de eso ocurrió, según la empresaria y diputada nacional, el intendente de Luján de Cuyo rompió el pacto, modificó el acta-acuerdo que habían firmado y mediante artimañas partidarias se quedó con los puestos clave en las estructuras partidarias que debían ser para la enóloga preferida del presidente Macri, creadora del famoso Crios y dueña de la bodega Susana Balbo Wines.
La acusación no forma parte de la pirotecnia política de la interna de cualquier partido político, sino que tomó forma de escrito y fue presentado como denuncia penal en la Fiscalía Nº2 de la Justicia Federal mendocina.
Desde el sector de De Marchi, argumentaron que Balbo está ausente: “En la primera asamblea del partido, estaba vendiendo vino en Estados Unidos”, señalaron y se preguntaron por qué “siete meses después” de aquel acuerdo aparece este reclamo.
El clima es tan volátil que las autoridades nacionales del PRO que conduce Humberto Schiavoni ya anunciaron que intervendrán para tratar de ordenar el distrito.
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