El jefe de Gabinete, Marcos Peña, encabezó el lunes un acto junto a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, para presentar el primer Relevamiento Nacional de Barrios Populares, en el que participó el titular de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), Juan Grabois, un asesor directo del papa Francisco.
La foto de los funcionarios nacionales junto a Grabois se enmarca en el operativo de seducción que lleva adelante el Gobierno hacia el Sumo Pontífice, de tensa relación con la Rosada. El líder de la Ctep, cercano al kirchnerismo, es un hombre con quien tiene un diálogo directo que incluye visitas frecuentes al Vaticano.
Hijo del mítico dirigente peronista Roberto “Pajarito” Grabois, este abogado de 31 años ya había generado dolores de cabeza al gobierno Nacional como cuando a mediados de julio sitió la ciudad con 100 ollas populares en una cruzada antimacrista que organizó junto a Barrios de Pie.
En el marco de una estrategia para mejorar el vínculo con el Papa, los funcionarios le dieron a Grabois un lugar destacado -lo sentaron entre Stanley y Quintana- en un acto organizado para anunciar que el gobierno buscará sumar 7 mil chicos a la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Un día después del anuncio oficial, la Rosada obtuvo su retribución: Grabois reconoció en una entrevista con Radio Belgrano que “tenemos mejor diálogo con este gobierno” que con el kirchnerismo. Sin embargo, remarcó que "hay problemas que no se resuelven".
Además, el dirigente aclaró que el anuncio "refleja que los movimientos sociales tenemos una maduración suficiente para poder cooperar con el Estado en proyectos puntuales, a pesar de que seamos críticos a una orientación política y económica que va en contra de nuestros compañeros".
El guiño de Grabois no fue sólo consecuencia de recibir protagonismo en actos oficiales, sino que hubo gestos concretos: su organización recibió recientemente la "personería social", una petición que esa entidad ya había comenzado a gestionar con el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada y -pese a su supuesto visto bueno- jamás fue publicada en el Boletín Oficial hasta que el reclamo llegó a manos del actual titular de la cartera, Jorge Triaca. El flamante reconocimiento a la Ctep la incluye en un registro de organizaciones sociales inscriptas legalmente en el Ministerio, lo que les permite reclamar y peticionar ante el Estado.
No es casual que el puente con Grabois se haya tendido a través de Triaca. Católico y de cuna peronista, es uno de los funcionarios del PRO más cercano a la iglesia y con mayor disposición para afianzar ese vínculo.
En una sintonía diferente se encuentra Marcos Peña, quien no integró la comitiva oficial en el último viaje a Roma y por quien el Papa se siente desacreditado, al igual que por el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba. La participación de Peña en el acto con Grabois fue un gesto destinado a tratar de ablandar al jefe e la Iglesia Católica.
La necesidad de fortalecer los lazos con el Vaticano se vuelve más urgente para la Rosada en los últimos meses del año, tiempos en los que comienza a agitarse el fantasma de la crisis de diciembre, cuando se procura evitar desbandes.
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