El juez Carlos Rozanski presentó la renuncia como juez ante el ministerio de Justicia de la Nación. Su accionar en diversas causas estaba siendo investigado por el Consejo de la Magistratura. Se convierte en la segunda baja de un juez federal que capitaliza el Gobierno.

La dimisión del magistrado que integraba el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata debe ser aceptada por el Poder Ejecutivo. Semanas atrás, había reconocido estar siendo "brutalmente perseguido por el Consejo de la Magistratura" y culpó al gremio de Julio Piumato "que se encargó de poner afiches clave, en La Plata y Buenos Aires".

Rozanski había sido acusado por la Unión de Empleados de la Justicia Nacional (UEJN) por maltrato a sus empleados pero de la investigación en el Consejo de la Magistratura surgieron otras presuntas irregularidades que llevaron al representante del Poder Ejecutivo en el organismo, Juan Bautista Mahiques, a pedir nuevas medidas de prueba.

La comisión de Disciplina y Acusación del Consejo se disponía a indagar en el alquiler de un teatro de la ciudad de La Plata para la realización de juicios de lesa humanidad que sería propiedad de un familiar del magistrado.

Además, el organismo había decidido pedir informes a la Dirección Nacional de Migraciones sobre los viajes al exterior del juez, ya que habría realizado una veintena pero sólo pedido licencia en dos ocasiones, según dijeron las fuentes consultadas por este diario.

Rozanski fue el presidente del tribunal oral que dictó condenas en causas por derechos humanos, por primera vez luego de la anulación de las llamadas leyes del perdón y la reapertura de los juicios contra los represores, la década pasada. Ese juicio, en el marco del cual desapareció el testigo Jorge Julio López, terminó con una condena de 25 años de cárcel al ex comisario Miguel Etchecolatz, a quien le arrojaron huevos en la sala de audiencias que presidía Rozanski representantes de la agrupacion HIJOS.