En lo que va del año, a partir de la salida del cepo cambiario y la eliminación de las retenciones a los productos agropecuarios, la venta de campos en las principales regiones productivas del país comenzó a mostrar claros signos de reactivación.

Durante los primeros meses los inversores se mostraron cautelosos. Pero, enseguida, comenzaron a animarse y de a poco el mercado mostró síntomas de recuperación, aunque siempre a niveles lejanos a los alcanzados en el año 2011 previo al cepo.

De esta manera, según datos de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), en septiembre pasado la venta de campos aumentó un 19% respecto a agosto: se trata del mayor crecimiento para un mes desde que se publican registros del sector.

En diálogo con La Política Online, Javier Christensen, secretario de la Comisión Directiva de CAIR, dijo que “el sector está atravesando un momento de gran optimismo y la mayoría de los operadores prevé que en los próximos meses se seguirá creciendo”.

Christensen señaló además que “la firmeza en los valores registrados sumado a la incertidumbre de la economía que aún predomina entre los inversores continúan limitando el normal desempeño del mercado inmobiliario rural”.

En este escenario, el especialista inmobiliario se mostró optimista de cara al futuro: “Es de esperar que de la mano del blanqueo de capitales y de la estabilidad económica la actividad continúe su recuperación” durante los próximos meses.

Cabe mencionar que la venta de campos en la Argentina se derrumbó en el periodo 2011/2015 en el marco del cepo cambiario, de la sanción de la Ley de Tierras y de la pelea entre el gobierno de Cristina Kirchner y el sector agropecuario.

Estimaciones del sector privado indican que estas medidas impidieron que en los últimos años ingresaran al país capitales por u$s 10.000 millones que hubieran llegado si rigiera libre acceso a la tierra y condiciones de comercialización favorables.

En esos años los precios de los campos llegaron a registrar caídas de hasta un 30% en dólares. Los valores negociados en ese entonces rondaban los u$s 8.000 por hectárea en el sur de Buenos Aires, los u$s 16.000 en Santa Fe y los u$s 5.000 en La Pampa.

En la actualidad, los precios negociados en dichas regiones mejoraron sustancialmente de la mano de la mejora en los índices de rentabilidad que registraron los principales cultivos agrícolas (soja, trigo y maíz) por la eliminación de retenciones.

Además, en julio pasado el Gobierno nacional oficializó la modificación de la Ley de Tierras del kirchnerismo que restringía la venta de campos a extranjeros de manera tal de reingresar a un competidor al mercado para fomentar inversiones.