Uno de las carteras más castigadas por el ajuste que prevé el proyecto de Presupuesto Nacional 2017 es el Ministerio de Agroindustria cuya partida asignada para el año próximo es de $ 16.784 millones, una cifra apenas 2,8% superior respecto a 2016.

Por este motivo, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se vio obligado a tomar duras decisiones de manera tal de ajustar los números del presupuesto fijado por los técnicos del Ministerio de Hacienda que conduce Alfonso Prat Gay.

En este contexto, en las últimas horas se supo oficialmente que el secretario de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria, Oscar Alloatti, junto a otros once funcionarios políticos entre subsecretarios y directores, presentaron su renuncia.

Si bien en el entorno de Buryaile trataron de minimizar la salida de tales funcionarios, lo cierto es que, según pudo saber LPO, Alloatti no aceptó el plan de reestructuración del área que tiene previsto el ministro en el marco del ajuste de cara al año que viene.

“Es importante resaltar que se continuará con los enfoques productivos, de acompañamiento y políticas para el desarrollo de los pequeños productores familiares”, señaló Agroindustria por medio de un comunicado de prensa.

Así las cosas, el foco del conflicto con Alloatti se centró en que el ahora ex secretario de Agricultura Familiar le solicitó a Buryaile un incremento del 65% en el presupuesto de su área que este año se ubica en alrededor de $ 322 millones.

 Oscar Alloatti 

Ministerio de Agroindustria

También eran de público conocimiento las crecientes quejas del funcionario por las demoras que se registraban en el envío de fondos para el funcionamiento del área y las restricciones sobre los elementos de trabajo como autos y camionetas oficiales.

Por ahora Agricultura Familiar estará a cargo del jefe de Gabinete de Agroindustria, Guillermo “Willy” Bernaudo, un hombre que responde a Buryaile, que en los próximos días dará a conocer los cambios que se implementarán en la estructura de dicha área.

Ministerio paralelo

Una de las áreas más polémicas dentro de la cartera de la Avenida Paseo Colón es la de Agricultura Familiar. Se trata de un ámbito que hasta 2014 formaba parte de la Secretaría de Desarrollo Rural que encabezaba la ultra-cristinista Carla Campos Bilbao.

Sin embargo, por decisión de Máximo Kirchner, ese año se decidió desdoblar dicha área para darle poder y manejo de una jugosa caja al líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien fue hasta ese momento el segundo de Campos Bilbao.

La decisión costó muy cara. Según el informe que presentó el Gobierno en junio pasado denominado “El estado del Estado”, Pérsico montó una especie de Ministerio paralelo en la que ubicó a cientos de militantes políticos en cargos públicos.

“La gestión anterior creó una secretaría de Agricultura Familiar y le dio una gran autonomía y presencia en todo el país, pero falló en el diagnóstico y, por lo tanto, en el diseño de su estrategia”, apuntó el informe “El estado del Estado”.

“En los años anteriores a diciembre de 2015 la brecha entre los agricultores familiares y los grandes productores se hizo cada vez más grande como consecuencia del atraso tecnológico y la falta de respuestas del Estado”, indicó el documento.

“La agricultura familiar se encontraba desatendida y trabajando con tecnologías del siglo pasado. La falta de políticas imposibilitaron impulsar la productividad del sector, que se convirtió en rehén de la asistencia de subsistencia”, disparó el informe.