Los dirigentes de la B Nacional no aguantaron más y anunciaron un paro. Por eso, este fin de semana no se jugará la fecha que estaba programada entre domingo y lunes y todo indica que en los próximos días el efecto arrastre sumará al resto de las categorías del Ascenso. Y la idea es traccionar a la Primera División para darle un dolor de cabeza fuerte al Gobierno de Macri. Como carta bajo la manga están los árbitros. Es que si el Ascenso no consigue el apoyo de los jugadores de la A, probablemente el fútbol todo se vea parado porque los jueces no acepten dirigir sólo la Primera División.

Y mientras tanto, muchos dirigentes, enojados principalmente con Armando Pérez, cabeza del Comité de Regularización de la AFA, ya están moviendo tropas para intentar pedir su salida y que se convoque nuevamente a elecciones en la calle Viamonte. Para eso habrá un plenario clave el martes, en el que todo el Ascenso se mostrará encolumnado detrás de la B Nacional.

En el conflicto con esta categoría intervienen varias patas. En principio los clubes se quejan porque el Gobierno no giró en tiempo y forma los fondos prometidos por el Tano Angelici, primero, y Fernando Marín después. El compromiso era pagar la cuota de septiembre del Fútbol Para Todos a principio de mes y eso todavía no se hizo efectivo. Esa fue la chispa que terminó de detonar el asunto, ya que la bronca venía en aumento porque nunca el Gobierno se ocupó de bajar los costos de los operativos de seguridad en las canchas ni de alivianar el gasto en viajes por el Interior del país, otras de las dos promesas que se habían realizado. Hasta el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, se había comprometido a tratar en persona el tema, pero según los dirigentes del fútbol nada de eso pasó.

"Estamos defendiendo la economía de los clubes, en el primer semestre cobramos sólo tres meses. No se hizo nada en cuanto a los operativos de seguridad ni con el transporte. Los clubes no dan más. Encima ahora nos dicen que vamos a cobrar menos del millón y medio de pesos mensual que nos habían prometido. No tenemos recursos para movernos. No hubo gestión de la AFA, ni de Ritondo (ministro de Seguridad bonaerense) ni de la Aprevide (Agencia de Prevención en Espectáculos Deportivos)", lanzó Daniel Ferreiro, vicepresidente de Nueva Chicago y hombre ligado a la Coordinadora de Coti Nosiglia. Él es quien encabeza la protesta, alineado con Claudio Tapia, el yerno de Hugo Moyano.

Desde este espacio crece la bronca con Armando Pérez y se busca apoyo, que de a poco se va logrando incluso de clubes de Primera División, para desbancar al dueño de Tsu Cosméticos de la AFA. Claro que la movida no es sencilla porque el empresario fue puesto ahí por la FIFA y con el pleno aval de Mauricio Macri, ya que Pérez es muy amigo de Fernando Marín, responsable del FPT y de gran llegada al Presidente.

Ante este panorama, Ferreiro siguió castigando: "Nosotros no tenemos que hablar con el Gobierno, acá falta gestión de Pérez. El Comité de Regularización es el que no cumple con lo que promete. Y quiero agradecerle a Angelici, quien nos dio la razón y apoya nuestro reclamo". 

Daniel Ferreiro, el vicepresidente de Nueva Chicago

Lo curioso es que el Tano fue el que puso la cara cuando el mes pasado peligró el comienzo del torneo y fue uno de los que prometió que el Gobierno iba a pagar lo que pretendían los clubes. Es decir 300 millones en septiembre, el mismo monto que recibieron en agosto, y 150 millones mensuales en octubre y noviembre. Y para fin de año quedaban los 350 millones extra que se habían ganado cuando el mes pasado se decidió no arrancar en fecha el torneo. Pero esta nueva postura del Tano ensancha la grieta que se abrió con Marín, quien ganó protagonismo en la Rosada y lo relegó un poco luego del fallido intento por establecer la Superliga en la Argentina.

Ahora, el fútbol volvió a navegar en la incertidumbre, más allá de que desde el Gobierno dicen que bajarán la plata el martes. El tema es que la BN dio el puntapié con un paro que la semana próxima será total en el Ascenso si no cambian las condiciones y se estima, también en la A. Un dolor de cabeza para Pérez y el Gobierno, que tendrán que actuar con rapidez para solucionar las cosas y evitar que la bola de nieve siga creciendo.

Aunque desde la AFA intentaron mostrar mano dura ante la consulta de LPO. "Si quieren hacer paro, tienen todo el derecho del mundo. Por ahí como no juegan, tienen tiempo para ver cómo pagan todo lo que le deben a la AFA", chicanearon. Se estima que la deuda de los clubes con la casa madre es de 1.100 millones de pesos.